miércoles, 24 de noviembre de 2010

ADOLESCENCIAS DE LA FILOSOFÍA

La filosofía adolece de saber y adolece de querer saber. Quisiera hacer algunas reflexiones referidas específicamente al filosofar en la adolescencia, en  ese período de cruces en que se pasa de la infancia a la adultez. Lo haré recurriendo a algunos textos breves.

En la adolescencia, filosofar se hace cosa de vida o muerte, de sentido de la vida, de inserción en el complejo proceso de cambio del mundo. Y si es así, entonces, en el momento en que la educación filosófica toca a los jóvenes, lo hace en el cruce de la comunidad educativa con la comunidad política. Eso transforma al aula en una muy peligrosa y asombrosa y filosófica encrucijada.
Dice San Pablo: "El amor nunca pasará. Algún día, las profecías ya no tendrán razón de ser, ni se hablará más en lenguas, ni se necesitará más el conocimiento. Pues conocemos algo, no todo, y tampoco los profetas dicen todo. Pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño; pero cuando fui hombre, dejé atrás las cosas de niño" . A lo mejor de eso se trata al filosofar con jóvenes, de dejar los juegos de niños empezar a poner en practica  los dotes dados de filosofos.

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