miércoles, 24 de noviembre de 2010

Filosofìa y Adolescencia


Ante todo debemos saber que es el conocimiento filosófico y ponerse a analizar toda memoria de los adolescente, teniendo presente sus actitudes, actos y manera de pensar por edades. Soy una adolescente, estudiante de ciencias, que no domina con totalidad los conceptos e ideas filosóficas ni tampoco una phicóloga profesional la cual a analizado las actitudes de nosotros los jovenes, pero tengo un interes en ambas (filosofia - adolescencia). En esta posición intermedia en mis cabeza esta la siguiente interrogante ¿es posible establecer alguna relacion entre las características de la filosofía con la etapa vital de nosotros los jovenes y adolescente? si podriamos responder esta pregunta tendria otra... que sería ¿podriamos encontrar información como para explicar de una manera profunda y comprensiva total para los jóvenes? 
Estas han sido las dos preguntas que me han llamado la atención de mi tema. En esta oportunidad que se nos da quisiera hacer un recorrido abordandolas de una manera comprensible para todo adolescente. 
La filosofía debe ser de utilidad para aquellos jóvenes y adolescentes que comienzan a sobrevivir al mundo existente e intelectualmente problemático que nos han heredado nuestros antepasados y actuales filósofos o científicos ya que podriamos verlo de ambos lados. Las materias filosóficas en el bachillerato no cumplen una función curricular más; su contenido no puede ser reducido a una visión positiva de la realidad. Su

deber es más bien acentuar el carácter crítico y creador del pensamiento. Y la filosofía comienza como afirma Aristóteles con la admiración. Si no somos capaces de asombrarnos por nada de lo que pasa en el mundo, por qué habría de asombrarnos y seducirnos el conocimiento y el dominio de cualquier ciencia o arte. Y si en sus propios maestros los estudiantes perciben el tedio, ignorarán la pasión. No se trata de transmitir cierta información, sino de compartir una actividad gozosa, perturbadora a veces pero siempre fundamental: la actividad de pensar.

Y dado que la enseñanza de la filosofía en el nivel medio superior cumple una función, además de intelectual, social, la filosofía resulta una actividad importante y necesaria para los universitarios de cualquier carrera: una tarea imprescindible para su formación. En función de la diversidad de perfiles a los que debe responder la formación universitaria, sabemos que memorizar resultados de la investigación científica o saber aplicar ciertas funciones del intelecto son, hasta cierto punto, aprendizajes inútiles si no se combinan con la capacidad 1) de pensar, con todo el rigor que el conocimiento de la lógica nos puede dar; 2) de valorar y regular nuestras relaciones con los demás, con los recursos de la racionalidad ética aplicada a nuestra propia realidad existencial; y 3) de juzgar, criticar y valorar nuestro entorno cultural, apoyados en el conocimiento de la historia del pensamiento mundial.

Sin embargo, el mundo de los jóvenes en su manifestación actual es tan, como diría Hegel, «irracional» (no pensado), que se asemeja al mundo que María Zambrano define en la tragedia: «Este tiempo aún palpitante, poblado de víctimas en busca de sacrificio, por no saber qué hacer del ser y de la vida, por vértigo del tiempo, por espanto de ese ‘tienes frente a ti toda la vida’ -que al adolescente angustiado se le repite- desconociendo que es eso justamente lo que le espanta: tener frente a sí toda la vida, toda como una esfera compacta, inaccesible como un absoluto de vivir instante a instante»

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